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| Tres. Son los cientos de miles de dólares que le pagaron. |
Domingo 4 de Julio de 1999. Las selecciones de Argentina y Colombia se enfrentaban en un partido por la primer ronda de la Copa América cuando lo impensando sucedió. Martín Palermo, el flamante goleador de Boca Juniors, malogró tres penales. Sin embargo, once años después, un publicista reveló que todo no fue más que un truco publicitario de una empresa farmaceutica del Perú. "Era todo Marketing Viral, onda el video de Federer para Gillete, pero como no existía Youtube ni Twitter nos salió para el orto", admitió Durán Bigote, el lobbista peruano que formó parte del equipo publicitario tras la idea.
"En esa epoca yo era parte de Brazuca Farmacos S.A., una sociedad que fabricaba toda clase de drogas legales como una pantalla para cubrir su producción de drogas ilegales. Y estabamos teniendo problemas para vender antidepresivos", dijo Durán Bigote en declaraciones a FM Kilómetro 30. "Fue entonces cuando se nos ocurrió tranzar con Palermo y decirle si no estaba dispuesto a errarse unos tres penales a cambio de 300.000 dólares. La idea era filmarlo de vuelta en el hotel diciendo 'Oh, me voy a matar, no tengo por qué vivir' y ahí, ¡PAF!, se clavaba una de nuestras Happy Pills y todo joya", explicó el lobbista y aclaró que el arbitro, el arquero colombiano y Sorín también sabían del asunto.
"Pero no nos salió bien. La sociedad no estaba preparada todavía para el marketing viral. Esperabamos a cientos y miles de peruanos juntándose a ver el video en VHS, corriendo de acá para allá a contarses las novedades, llamándose por teléfono o enviándose cartas pero no. Nada" admitió el lobbista quién confesó no haber contado jamás esta historia por temor a que nadie le crea. "Fuimos unos pioneros", finalizó Bigote.
"En esa epoca yo era parte de Brazuca Farmacos S.A., una sociedad que fabricaba toda clase de drogas legales como una pantalla para cubrir su producción de drogas ilegales. Y estabamos teniendo problemas para vender antidepresivos", dijo Durán Bigote en declaraciones a FM Kilómetro 30. "Fue entonces cuando se nos ocurrió tranzar con Palermo y decirle si no estaba dispuesto a errarse unos tres penales a cambio de 300.000 dólares. La idea era filmarlo de vuelta en el hotel diciendo 'Oh, me voy a matar, no tengo por qué vivir' y ahí, ¡PAF!, se clavaba una de nuestras Happy Pills y todo joya", explicó el lobbista y aclaró que el arbitro, el arquero colombiano y Sorín también sabían del asunto.
"Pero no nos salió bien. La sociedad no estaba preparada todavía para el marketing viral. Esperabamos a cientos y miles de peruanos juntándose a ver el video en VHS, corriendo de acá para allá a contarses las novedades, llamándose por teléfono o enviándose cartas pero no. Nada" admitió el lobbista quién confesó no haber contado jamás esta historia por temor a que nadie le crea. "Fuimos unos pioneros", finalizó Bigote.
